El Conjuro 4: Exorcismo Final (2025)
May 20, 2025
El Conjuro 4: Exorcismo Final (2025) – Un clímax aterrador y devastador para el legado de los Warren
Con El Conjuro 4: Exorcismo Final (2025), la oscuridad llega a casa, y esta vez, nadie sale ileso.
Considerada como el capítulo final de la saga Warren, Exorcismo Final se adentra en el abismo, ofreciendo un cierre aterrador y emocionalmente devastador a la franquicia que redefinió el terror sobrenatural moderno. Patrick Wilson y Vera Farmiga regresan por última vez como Ed y Lorraine Warren, ahora mayores, más atormentados y enfrentándose a la entidad demoníaca más letal de sus vidas.

Ambientada en 1983, la historia sigue a los Warren mientras se ven envueltos en un caso que ha permanecido sellado en los archivos del Vaticano durante siglos: un monasterio maldito en la Rumanía rural donde un exorcismo fallido desató algo antiguo… e inacabado. Pero esta vez, no se trata solo de salvar almas. Se trata de enfrentarse al mal que los acecha desde las sombras desde el principio.
La película no pierde el tiempo. La escena inicial —un exorcismo que sale terriblemente mal, velas que se apagan con gritos inhumanos— marca el tono: es El Conjuro en su faceta más oscura. El director Michael Chaves regresa con un dominio brutal de la atmósfera, equilibrando el terror de lenta evolución con repentinos estallidos de terror puro y visceral.
Lo que distingue a Exorcismo Final no son solo sus sustos (que son aterradores), sino su carga emocional. Los Warren no son invencibles. Están deshilachados. Las visiones de Lorraine empeoran. El corazón de Ed falla. Y a medida que la fuerza demoníaca los persigue, la línea entre la fe y la locura comienza a fracturarse.
La entidad —nunca nombrada, solo conocida como “El Primero”— es quizás la más aterradora en la historia de la franquicia. No solo posee. Borra. Distorsiona la realidad. Y en una secuencia escalofriante, Lorraine se ve atrapada en una alucinación tan vívida que el público no sabe qué es real hasta que es demasiado tarde.

La cinematografía es exquisita: pasillos parpadeantes iluminados por antorchas, catedrales en ruinas, visiones oníricas del infierno. El diseño de sonido se convierte en arma: madera crujiente, cánticos distantes y un silencio sofocante. Y la banda sonora de Joseph Bishara vuelve a calarte los sesos como un susurro desde el vacío.
A medida que el tercer acto se adentra en una guerra espiritual plena —cruces derritiéndose, reliquias destrozándose, recuerdos convertidos en armas—, Exorcismo Final no solo se vuelve a lo grande. Se vuelve personal. La confrontación final no se trata de poder, sino de sacrificio. De confrontar los pecados que enterramos. Y cuando aparecen los créditos finales, te quedas conmocionado, sin aliento… y extrañamente desconsolado.
Veredicto final:
El Conjuro 4: Exorcismo Final es una despedida aterradora y emotiva de los Warren; una película que entiende que el terror alcanza su máxima potencia cuando se basa en el amor, la pérdida y la lucha por el alma. No solo el alma de los poseídos… sino también la de quienes se atreven a salvarlos.